Parte Vieja
La parte más antigua de Hendaya se encuentra junto a la estación de tren. Dicha estación fue testigo de un importante evento histórico al comienzo de la II Guerra Mundial, cuando Francisco Franco se reunió con Adolfo Hilter para discutir acerca de la participación de España en la guerra, como aliado de Alemania.
Franco y Hitler se reunieron en un vagón acorazado en las vías de la estación, sin embargo, no llegaron a ningún acuerdo debido a las exigentes peticiones de Franco.
Como se ha mencionado anteriormente, Hendaya fue destrozado por las tropas españolas en 1793. Después de ese suceso, el pueblo fue reconstruido y se convirtió en el lugar de nacimiento del estilo arquitectónico neo-vasco.
La Plaza de la República se encuentra en el centro del pueblo y el ambiente en ella es tranquilo y acogedor. Se trata del lugar ideal para parar a tomar algo o comer en una de las múltiples terrazas. Normalmente hay mucho más movimiento en la Place de la Republique los miércoles por la mañana, cuando se celebra el mercado semanal.
Junto a la Plaza de la República se eleva la Iglesia de San Vicente (“Église Saint Vincent” en francés) que fue construida durante el siglo XVI. Su exterior se caracteriza por ser de color blanco, con piedra expuesta en la esquinas y contraventanas de color rojo, encajando perfectamente con las casas que la rodean.
En su interior, destaca la cruz sobre la capilla del siglo XIII y las galerías de madera a lo largo de las paredes laterales y trasera. Estas galerías estaban originalmente reservadas para los hombres durante la misa.
Junto a la parte antigua de Hendaya, en dirección a la playa, se encuentra el frontón principal del pueblo, llamado “Gaztelu Zahar”. Este frontón fue construido en 1899 y lleva el nombre de la fortaleza construida por Vauban previamente en ese mismo lugar, pero que fue destrozada tras las numerosas batallas entre Francia y España.
El frontón es utilizado a menudo para practicar deportes vascos tradicionales tales y como cesta punta y pelota mano. También se usa para la celebración de fiestas y otros eventos.
Frente al frontón, junto al agua, hay un hermoso camino que recibe el nombre de “Camino de la Bahía” (“Chemin de la Baie” en francés). El sendero transcurre paralelo al agua, y desde él se puede disfrutar de las bonitas vistas de la Bahía de Txingudi y el pueblo de Hondarribia, justo al otro lado del río.
A lo largo del camino, pueden observarse también las ruinas de las murallas construidas por Vauban y varios cañones todavía apuntando a Hondarribia.
El Camino de la Bahía cubre una distancia de 14 km, comenzando en la punta este de la playa de Hendaya y continuando junto al agua hasta llegar al puente para cruzar a Irún. El sendero prosigue en España, atravesando también Hondarribia.
Playa Ondarraitz
Una de las atracciones turísticas principales de Hendaya es su extensa playa, con 3 km de fina arena, llamada Ondarraitz. La playa es popular tanto entre familias como surfistas, ya que hay espacio suficiente para todos y buenas olas para surfear.
Incluso en los días más concurridos del año, siempre es posible aventurarse hacia el este de la playa y encontrar un rincón aislado. Sin embargo, ten en cuenta que el extremo este de la playa es frecuentado por nudistas.
Alineadas a lo largo de la playa Ondarraitz, se elevan hermosas casas vascas construidas en un estilo similar al de las casas vascas tradicionales pero con un toque más moderno. Su estilo es conocido como neo-vasco y la mayoría de estas casas fueron construidas por el arquitecto local Edmond Durandeau a comienzos del siglo XX.
La playa Ondarraitz acoge un amplio paseo marítimo que recibe el nombre de Boulevard de la Mer. A medio camino del paseo marítimo se encuentra el Old Croisière Casino, un edificio que destaca no solamente por ser el único edificio construido en la playa misma, sino también por su particular estilo.
Construido en 1884, se trata del único edificio en Hendaya con un estilo arquitectónico arábico. Durante más de 70 años, hasta 1980 el Old Croisière Casino fue utilizado como casino, de ahí su nombre. En la actualidad alberga una residencia de lujo y un centro comercial.
Tanto el Boulevard de la Mer como la Av. des Mimosas están llenos de tiendas, bares y restaurantes.
Al final de la playa se encuentra otro símbolo de Hendaya, se trata de dos rocas que se elevan muy cerca de la costa y son conocidas como “las rocas gemelas” (“les deux jumeaux” en francés).
La leyenda dice que un día Basajaun (el hombre de los bosques en la mitología vasca) estaba en las Peñas de Aia y desde allí intentó tirar una roca para destrozar Bayona. Sin embargo, se tropezó y la roca se le escapó, cayendo junto a la playa de Hendaya y rompiéndose en dos.
Castillo Abbadia
El Castillo Abbadia puede definirse como una mansión excéntrica diseñada para un individuo aún más excéntrico, Antoine d’Abbadia. El edificio fue construido entre 1864 y 1879 por el arquitecto Viollet le Duc en estilo neogótico, siendo su exterior claramente inspirado por los castillos de la Edad Media.
La apariencia externa del edificio contrasta fuertemente con su interior, caracterizado por la multitud de estilos distintos, entre ellos el art nouveau y las inspiraciones orientales.
Lo que hace que el edificio sea tan especial es la habilidad por mezclar todos los intereses y gustos de su propietario, Antoine d’Abaddia, y de alguna manera resultar en un lugar completamente único en el que todos los elementos parecen encajar a la perfección.
Antoine d’Abbadia nació en 1810 en Irlanda, de madre irlandesa y padre vasco-francés. Perteneció a una de las 200 familias más acaudaladas de Francia, sin embargo, en lugar de dedicarse a vivir de las riquezas de su familia, aprovechó todas las oportunidades ofrecidas y se convirtió en un hombre renacentista en el más verdadero de los sentidos.
Abbadia fue un explorador, apasionado por la geografía, la astrología y varias culturas del mundo. Es más conocido por su trabajo en Etiopía, donde creó el primer mapa cartográfico del país. Además, también publicó un diccionario de amhárico, una lengua semítica hablada en Etiopía.
Abbadia fue también un gran defensor de la lengua y la cultura vascas, y publicó muchos trabajos académicos al respecto. Por sus contribuciones, se le conoce comúnmente como Euskaldenaita, que significa “el padre de los vascos”.
Evidencias de los intereses y las influencias de los viajes de Abbadia pueden ser encontradas en todo el interior del castillo. Las más destacadas son las pinturas en las paredes del vestíbulo, las cuales representan costumbres de Etiopía.
También hay una sala de fumar arábica, un capilla y una librería. Destaca además el observatorio astrológico que contiene un telescopio meridiano, el cual estuvo en operación hasta 1979.
Poco antes de su muerte en 1897, Antoine d’Abbadia donó el castillo a la Academia de Ciencias bajo una condición: tenían que prometer que producirían un catálogo de medio millón de estrellas en 50 años. A día de hoy, la Academia de las Ciencias es aún la propietaria.
El Château Abbadia se encuentra a menos de 2 km de la playa de Hendaya y está abierto a los visitantes. Si estás interesado en arquitectura y arte, definitivamente es de visita obligada. Se trata verdaderamente de un lugar único.
* Hay un área de aparcamiento gratuito frente al castillo. Sin embargo, el espacio es bastante limitado y se llena fácilmente en temporada alta (julio y agosto).
* Durante las visitas guiadas, el castillo está cerrado para otras visitas. Consulta los horarios de apertura en la versión francesa de la página web para obtener información más detallada acerca de los horarios de las visitas guiadas.
Domaine d’Abbadia
El Domaine d’Abbadia es un parque natural protegido y formado por 64 hectáreas que rodean el Château d’Abbadia. Dentro del Domaine d’Abbadia hay varios senderos que principalmente transcurren a lo largo de la costa y ofrecen unas vistas del océano maravillosas.
Es posible disfrutar de las vistas a las “rocas gemelas” de Hendaya así como también de las formaciones rocosas conocidas como flysch. Estas formaciones se encuentran en varias partes de la costa vasca. El flysch que se puede apreciar desde el Domaine d’Abbadia es tan impresionante como hermoso y lo mejor es que es de muy fácil acceso.
El sendero principal a lo largo de la costa dura unas 2 horas. El camino dentro del Domaine d’Abbadia es una pequeña parte de otro sendero más largo conocido como “Camino de la Costa”, que va de Sokoburu (Hendaya) a Erretegia y es de 25 km de longitud.
Ten en cuenta que el Domaine d’Abbadia tiene un propietario diferente al castillo y pertenece a la Agencia de Protección Costera. Las dos propiedades están divididas y no es posible cruzar de la una a la otra. Esto significa que después de haber visitado el castillo, tendrás que volver a montarte en el coche y conducir unos 5 minutos hasta una de las tres entradas al Domaine d’Abbadia.
Una vez que hayas llegado al aparcamiento del Domaine d’Abbadia, encontrarás paneles informativos y un mapa con los senderos. También encontrarás un par de caseríos (“baserri” en euskera) rehabilitados como puntos de información a lo largo del camino.